jueves, 10 de diciembre de 2009

ALL YOU NEED IS LOVE

John Lennon fue un rebelde en constante búsqueda. A casi 30 años de su asesinato, y al analizar su evolución desde un joven beatle a un activo pacifista, podemos ver que en el fondo siempre fue un ácrata.

"Para nuestro último número quiero pedirles su ayuda, los que están en los asientos baratos aplaudan, y los de los asientos caros muevan sus joyas". Esa frase dicha por Lennon en los inicios de su carrera musical, en su primera presentación ante la reina madre de Inglaterra en el Prince Of Wales Theatre en Londres, ya reflejaba su mordaz ironía, su poca reverencia hacia la autoridad y una inteligente crítica a los privilegios.

Menor no fue su sarcasmo después, al recibir una condecoración por parte de la corona, al decir: “No puedo creer que me condecoren. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras”. Ya en sus primeros tiempos como beatle, Lennon no sólo era rebelde hacia la autoridad sino que también denotaba su rechazo a la violencia. Dos principios claves de la acracia.

Entre todo eso y aún siendo inexperto pero sí asertivo, vendría una de sus frases más polémicas, relativa al cristianismo, donde declaró: "El cristianismo se irá. Desaparecerá y se achicará. No necesito discutir eso; estoy correcto y se comprobará. Somos más populares que Jesús ahora; no sé quién se irá primero - rock and roll o el Cristianismo".

No muchos entendieron lo dicho y la respuesta en forma de inquisición medieval, sobre todo en Estados Unidos, no se hizo esperar y Lennon debió retractarse de su opinión. No sólo estaban quemando los discos de los Beatles en hogueras públicas sino que hasta amenazas de muerte recibió.

Su búsqueda espiritual e ideológica parece haber sido incesante, por eso cuando la rebeldía simplona e ingenua del rock and roll no le bastó y la madurez de los años comenzó a cambiar su noción del mundo y de sí mismo, se embarcó en 1968 en la meditación trascendental junto al Maharishi Mahesh Yogui, un supuesto líder espiritual en ese tiempo.

Sin embargo, cuando los Beatles descubrieron que el Maharishi no era tan divino y espiritual como proclamaba, Lennon se limitó a decir: Es humano.

Un año después, en 1969, haría su mayor desaire a la corona al devolver su medalla en señal de protesta por la intervención británica en Biafra. Irónicamente en 1967, Lennon había cantado All you need is love (Todo lo que necesitas es amor) en representación del Reino Unido, para el Our World, transmisión de la BBC vista por más de 400 millones.

A estas alturas Lennon no sólo cuestionaba los privilegios y a diversas autoridades sino que de lleno se fue en contra de la guerra de Vietnam. Su semana acostado y en pijama junto a Yoko Ono, cantando junto a sus amigos, en el fondo era un llamado contra la conscripción (que llevaba a miles de jóvenes a morir) y el chovinismo patriótico e ideológico tan en boga durante la Guerra Fría.

Su evolución se ve claramente cuando cantaba "No creo en la magia; no creo en el I-Ching; no creo en la Biblia; no creo en el tarot; no creo en Hitler; no creo en Jesús; no creo en Kennedy; no creo en Buda; no creo en el mantra; no creo en Ghita; no creo en el Yoga; no creo en los reyes; no creo en Elvis; no creo en Zimmermann; no creo en Beatles; sólo creo en mi, en Yoko y en mí, y esa es la realidad."

Algunos dirán nihilismo puro, pero no. Lennon dio muestras de una fe enorme al hacer campañas por la paz.

Su sueño probablemente era un mundo de paz, sin armas, sin fronteras, sin falsos líderes ni creencias engañosas, ni privilegios creados. Una acracia donde el hombre viva libre, sin coacción ni violencia. Quizás por eso, por cuatro años abandona la fama para cuidar a su hijo Sean (pues ya maduro vio que la máxima felicidad de un hombre era estar con su familia).

Lo irónico es que en parte fue víctima de su fama, que convirtió a un hombre en un fanático desquiciado y sobre todo violento.

“Mi rol en la sociedad, o el rol de un poeta o de un artista, es tratar y expresar lo que todos sentimos. No decirle a la gente como se debe sentir. No como un jefe o como un líder, sino como una reflexión para todos nosotros". John W. Lennon, 1940-1980.

1 comentario:

Osvaldo Muñoz Hervia dijo...

Debo confesar que siempre he sentido un pequeño rechazo por los artistas. Esta clase de personas talentosas en algún arte, y llenos de entusiasmo e idealismo hidropónico, no miden lo que piensan y mucho menos lo que dicen, sin embargo, los respeto y admiro, debido que su fama les da la libertad para decir lo que quieran. Rescato mucho esa frase final de Lennon "sólo creo en mi, en Yoko y en mí, y esa es la realidad". Esa pequeña chispa reflexiva,denota una firme convicción, que a mi parecer se trata de reconocer y aceptar lo que uno es en esta vida, y que la vida de cada uno, no esta subordinada a un Dios o creencia, sino a lo que cada uno esta dispuesto a hacer por su propia felicidad.