jueves, 5 de enero de 2012

DICTADURA HAY UNA SOLA


Hace unas semanas atrás, moría Kim Jong-Il, dictador de Corea del Norte por 17 años, quien heredó el poder de parte de su padre Kim Il Sung que gobernó dicho país por 46 años. Ahora, su hijo, Kim Jong-un, mediante herencia se convirtió en su sucesor.

En Chile, el Partido Comunista, enviaba sus condolencias –que fueron eliminadas de su sitio web- por el fallecimiento “del compañero Kim Jong Il”, indicando que están "convencidos que la lucha por la construcción de una próspera sociedad socialista, por la reunificación del país, la defensa de los intereses del pueblo coreano en contra de las maniobras del imperialismo norteamericano continuarán siendo impulsadas firmemente por quien lo reemplace en los cargos de la dirección del Partido y el Estado".

La polémica en cuanto a la noción de dictadura y los derechos humanos, no tardó en aparecer desde distintos focos. El oficialismo chileno criticó las condolencias enviadas a Corea del Norte aludiendo inconsecuencia, por tratarse de una autocracia que viola sistemáticamente tales derechos.  

Las explicaciones al envío de condolencias indicaban que eran parte de un  protocolo y que en ningún caso se hizo "un juicio de valor sobre el tema de Derechos Humanos en dicho país" . No obstante, catalogar  de “próspera sociedad socialista”, a un estado donde 3,5 millones de mujeres, niños y niñas sufren la escasez de alimentos, es un claro juicio de valor, errado por lo demás.

Ahora esta semana, se supo que el 9 de diciembre, el Consejo Nacional de Educación (CNED) del Ministerio de Educación, aprobó reemplazar en los textos escolares de enseñanza básica, el término “dictadura” por “régimen militar”, para aludir al gobierno de facto que se instauró desde 1973 hasta 1990, y que también violó los Derechos Humanos.

Una vez más, la polémica en cuanto a la noción de dictadura y los derechos humanos, no tardó en aparecer desde distintos focos. La explicación oficial es que se busca “comparar diferentes visiones sobre el quiebre de la democracia en Chile, el régimen militar y el proceso de recuperación de la democracia a fines del siglo XX, y el consenso actual con respecto al valor de la democracia”.

Otros han planteado directamente que el reemplazo era legítimo pues el gobierno está conformado en un 50 por ciento por “gente que era partidaria de Pinochet”. Incluso algunos han dicho que el hecho de haber entregado el poder por vía democrática, hace democrática a la dictadura.

No obstante, el hecho de que muchos apoyen a alguien que ejerce el poder de manera autoritaria, no convierte a dicho gobierno o régimen en democrático. Tampoco lo hace el hecho de entregar el poder por las urnas después de varios años de ejercicio no democrático.

Un gobierno es democrático cuando accede, ejerce y se retira del poder, de manera democrática.

Dictadura hay una sola
En ambos casos, tanto en las condolencias como en el reemplazo de la palabra dictadura, hay una clara inconsecuencia por parte de ciertos actores políticos con respecto al tema de los Derechos Humanos y el valor de la Democracia.

La cuestión es sencilla. Ningún gobierno se denomine régimen militar o gobierno del pueblo, tiene derecho a suprimir derechos civiles y políticos básicos de sus ciudadanos. Sí lo hace, ejerce el poder de manera no democrática, y por tanto puede ser catalogado de dictadura en su acepción moderna (el dictador en la acepción romana era comisionado no soberano).

Cualquier régimen donde se perpetúe el poder de una casta o grupo, se suprimen las elecciones periódicas, y que además persiga, encarcele, exilie o asesine a otros por pensar distinto o por disentir del gobierno, sin respetar juicios justos ni permitir apelación alguna, puede catalogarse de dictadura. En Corea del Norte o en Chile.

Autocracia, despotismo, tiranía, autoritarismo, cesarismo o dictadura -en su sentido moderno- definen un poder ejercido de manera no democrática. Da lo mismo qué digan defender los liberticidas y sus partidarios, sean muchos o pocos.

Los atropellos a la libertad, no se justifican por los resultados económicos de los tiranos, ni en regímenes comunistas ni capitalistas, o de cualquier otra índole. No se justifican con nada.

Mal indicio que nuestros políticos, al hablar de regímenes no democráticos, todavía usen eufemismos como “régimen militar”, o “próspera sociedad socialista”.

Si se quiere invitar a pensar sobre el pasado, pero sobre todo acerca del futuro, primero enseñen los tipos de régimen político, entre autocráticos (totalitario, autoritario) y democráticos. En base a eso se debe juzgar.

Enseñen sobre el modo y los instrumentos mediante los cuales se ejerce el poder, y cómo son designados los gobernantes, para poder discernir cuando éstos son legítimos, y cuando no, para así saber si estamos ante una democracia o ante una dictadura.

Los derechos humanos seguirán siendo atropellados mientras de un lado u otro, se apliquen eufemismos varios para justificar el uso de la coacción.