La llegada de la influenza de origen porcino no sólo se pone en riesgo la vida de muchas personas en todo el orbe, sino que podría agravar el estado de salud de otro enfermo, la economía mundial.
El 2009 el mundo entero ya estaba viviendo la fase 6 de un pandemia a nivel económico. Los mercados financieros internacionales ya contagiados por la crisis entraban de lleno en el inicio de una recesión de la que ya no podría salir fácilmente y comenzaban a contagiar otros ámbitos de la economía.
Los costos sociales rápidamente se expandieron por todo el planeta, afectando a casi todos, pero sobre todo a los más vulnerables, ancianos y niños.
No había fórmulas mágicas para revertir la situación y sólo se podían tomar algunas medidas paliativas para hacer el proceso algo menos molesto, hasta que el problema pasará.
Los especialistas de siempre, se tragaban su soberbia, y sólo se quedaban atónitos tratando de entender qué pasaba.
Al igual que las crisis económicas, las pandemias de gripe son fenómenos cíclicos pero habituales, que afectan a número significativo de personas, y que "para variar" perjudican a los más vulnerables.
Lo que no es habitual es que una pandemia económica coincida con una sanitaria en un espacio de tiempo. De ocurrir eso, el escenario se torna más que incierto.
Según la OMS “en el siglo XX se produjeron tres pandemias: la de 1918, que provocó unos 40 millones de muertes, la de 1957, en la que murieron más de dos millones de personas, y la de 1968, con cerca de un millón de víctimas", señala la OMS”.
Lo cierto es que ninguna ha coincidido con una pandemia económica de proporciones.
Sin crisis mundial, el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) que afectó Asia en 2003 infectando a unas 8 mil personas en el mundo y matando a unas 800, generó perdidas por más de 18 mil millones de dólares. No por la enfermedad en sí, sino más bien por las medidas que tomaban las personas para evitar el contagio.
Sin escenario de crisis económica mundial, durante la Gripe Aviar, se pronosticaban pérdidas superiores a los 800 mil millones de dólares y la muerte de 7 millones de personas.
A diferencia de los casos anteriores, el escenario actual donde surge la pandemia de influenza es claramente más complejo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) teme que las pérdidas totales por la crisis financiera mundial surgida en Estados Unidos asciendan a más de cuatro billones de dólares (3,09 billones de euros). Eso sin considerar que las condiciones económicas y de vida de las personas -no de los ejecutivos de Wall Street- están muy afectadas.
Ahí radica el foco del problema, al unirse una pandemia económica a una viral en un mismo espacio de tiempo. Las condiciones económicas dañadas de las personas, alteran las condiciones de vida de éstas, y se vuelven la base para que la enfermedad biológica sea más devastadora y se expanda más rápido.
Veamos algunos ejemplos simples:
¿Dónde han ido las personas que dejaron sus casas por no poder pagarlas?
A casas más pequeñas, o a las casas de amigos o familiares. Quizás han rentado apartamentos pequeños. Es decir, probablemente en algunos casos se han producido claras condiciones de hacinamiento que son perfectas para expandir una enfermedad.
¿Qué pasa si ya no puedo pagar un médico particular o un servicio privado de salud, porque ya no tengo empleo?
Claramente, la opción es asistir a un sistema de salud público ineficiente en muchos casos y aguardar en la atestada sala de espera, hasta que lo atiendan (sí es que lo atienden). Otra vez, una clara condición de hacinamiento, donde el contagio es más que seguro.
A esto se suma que tampoco podría acceder a medicamentos o vacunas porque no alcanza el dinero.
¿Qué pasa si tuve que vender mi auto para pagar deudas pues perdí mi trabajo?
Tomando en cuenta que en Chile un 74% de los hogares chilenos NO tiene auto. Pues la opción es viajar en el transporte público, que va atestado de personas y en algunos casos, como el Metro, no tiene buenos sistemas de ventilación, generando un micro clima, mezcla de sudor, hedor y vapores, muy apto para la propagación y mantenimiento de un virus.
Según algunos los expertos, una pandemia de gripe de este tipo, podría costar a las economías unos US$3 millones de millones. Eso para no exagerar.
Entonces ¿Qué efectos podría tener realmente el desarrollo de una pandemia sanitaria en un contexto de crisis económica mundial?
La respuesta es difícil e incluso apresurada. Pero claramente se pone a prueba la máxima capacidad de respuesta -a todo nivel- de los gobiernos. Sobre todo su capacidad de generar confianza y evitar el pánico, pues un escenario como el actual se presta para confundir prioridades y generar el caos.
¿A qué enfermo salvarán primero los gobiernos?
2 comentarios:
Muy acertado, tiempo de crisis,tiempo de oportunidades, de reacomodo de naciones que figuraran como las nuevas potencias del mundo, con la pandemia Mexico y Estados Unidos salen de la jugada ante el innevitable gasto que tienen que hacer por una pandemia, mas aún por el paro de actividades. La otra variable que no he podido descartar es si Mexico se presto para este juego sucio y recibio cuantiosa cantidad de dinero por paises o empresas netamente pudientes para desatar esta pandemia, recursos que despues inyectara a la economia una vez que ya cuente con la cantidad acertada de poblacion reducida para poder estabilizar al Pais y enfrentar con mayor facilidad un tiempo de crisis.
Hoy en la mañana me preguntaba qué pasaría con la influenza, si no hubieran gobiernos ni estados.
¿Funcionaria la decisión individual en pro del bien colectivo?
¿Quién coordinaria la prevensión?
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