domingo, 10 de agosto de 2008

Símbolos, redes de relación y movimiento colectivo (Parte I)

Introducción
“En la base de la acción colectiva se encuentran las redes sociales y los símbolos culturales a través de los cuales se estructuran las relaciones sociales. Cuanto más densas sean las primeras y más familiares los segundos, tanto más probable será que los movimientos se generalicen y perduren” Sidney Tarrow, El poder en movimiento.
La afirmación de Tarrow parece ratificar un cuestión clave para entender los movimientos sociales. Estos se componen de un entramado complejo de redes sociales que operan en forma simultánea, a veces fragmentada, que se combinan y recomponen a través del proceso de cambios, pero que esencialmente se van definiendo y articulando en base a aspectos simbólicos.
Pero ¿A qué se refiere Tarrow con redes sociales, que pueden ser densas o frágiles y símbolos culturales familiares?
Esencialmente, se refiere a los aspectos que profieren significado a la realidad, y que operan generando relaciones de igualdad, competencia y antagonismo entre los individuos o grupos.
Debemos entender el simbolismo como parte esencial de la articulación de los movimientos colectivos, pues sólo es a través de esto que la diversidad de demandas de los distintos grupos, que están dispersas en el espectro social y político, logran confluir a alcanzar cierta verticalidad en su actuar, que establezca un consenso determinado.
“Sólo transformando el rojo vivo de la Revolución en el púrpura ceremonial del Imperio se transmutó la vestimenta de la revuelta en el ropaje del consenso, como comprendió Napoleón” (Tarrow, 1997: 208).
Es necesario entender cómo operan esta serie de estructuras simbólicas que transmutan, van definiendo el carácter de una movilización y reestructuran las redes y relaciones sociales de las que habla Tarrow.
Para esto, trataremos de incluir análisis de otros autores, que también plantean la importancia del significado para las movilizaciones y la imposibilidad de articular la acción política de las diversas manifestaciones sociales en forma inmanente, simultánea y de forma paralela, sin la presencia de un liderazgo hegemónico, que se manifiesta mediante expresiones simbólicas.
Símbolos familiares y significante vacío
“La movilización de símbolos es tan importante en los movimientos actuales como lo era hace dos siglos” (Tarrow, 1997: 220). La afirmación no es gratuita si consideramos que diariamente se está recurriendo a diversas significaciones para justificar cualquier tipo de acción de orden colectivo, desde el propio establishment como desde grupos antisistema.
Tanto la denominada “Guerra contra el Terrorismo” hasta el denominado movimiento de los “sin tierra” obedecen a una búsqueda clara de significación para sus acciones.
El establecimiento de símbolos en la acción colectiva, no sólo se debe a que “La construcción simbólica constituye una parte importante de la política” (Tarrow, 1997: 213), sino también, a que ésto tiene diversas finalidades, conscientes e inconscientes, que buscan darle un significado definido a las movilizaciones y una articulación coherente con ciertos objetivos.
Pretende responder a la necesidad de una articulación política, es decir, la existencia de un discurso hegemónico que articule y entregue un significado único e inclusivo a las distintas luchas o demandas sociales en circulación. Mediante esto, se definen antagonismos, redes de cooperación y también la hegemonía de quienes controlan la movilización.
La hegemonía la debemos entender como “la relación por la cual una cierta particularidad asume la representación de una totalidad inconmensurable consigo misma” (Laclau, Democracia, pueblo y representación).
Si consideramos que “los intentos de movilización simbólica acompañan a todo movimiento moderno, desde el uso de simples casacas militares por parte de los comunistas rusos y chinos, al esplendor pagano de los jerarcas fascistas, al simple khadi de los nacionalistas indios y las descuidadas barbas de los guerrilleros latinoamericanos” (Tarrow, 1997: 208), es necesario explicar el por qué de la importancia de está movilización a nivel de las significaciones.
Los diversos grupos que se cruzan e interactúan en un proceso de movilización, no necesariamente comparten fundamentos ideológicos, religiosos o sociales similares.
Tarrow plantea que “Una de las principales tareas de las organizaciones del movimiento es encontrar símbolos que resulten lo suficientemente conocidos como para movilizar a la gente que lo rodea” (Tarrow, 1997:209).
Sin embargo, el simple hecho de establecer símbolos, no genera la movilización en forma espontánea, pues no entrega significado para la “articulación política, es decir, la existencia de un discurso hegemónico que articule y entregue un significado único e inclusivo a las distintas luchas sociales” (Gómez-Arismendi, 2004: 3).
El símbolo o significante, como lo llamaremos de ahora en adelante, debe estar situado por sobre cualquier consideración que pueda generar distanciamiento o una dislocación entre los diversos grupos en medio de la movilización. Esto, porque “la simultaneidad de las demandas sociales no significa que éstas se conjuguen de forma “inmanente”, sino más bien, que llega un momento dado en que se hace necesario darles un significado que englobe todas las particularidades” (Gómez-Arismendi, 2004: 4).
Es por esto, que “La mayoría de los investigadores cree que los significados son construidos” (Tarrow, 1997: 209 ).
Es decir, el uso de significantes o símbolos familiares, como la nación, la libertad, la igualdad, los derechos humanos o civiles y la dignidad, obedece a una simple razón, “los movimientos enmarcan su acción colectiva en torno a símbolos culturales escogidos selectivamente en un baúl de herramientas culturales que los promotores políticos convierten creativamente en marcos para la acción colectiva” (Tarrow, 1997: 209).
Esa selección, busca establecer marcos específicos con los cuales se pretende interpretar la realidad, definiendo valores, hechos, situaciones y costumbres. “Una tarea fundamental de los movimientos sociales es la tarea de “señalar” agravios y construir marcos de significado más amplios que puedan encontrar eco en la predisposición cultural de una población” (Tarrow, 1997: 215).
Es decir, se establece lo que podemos llamar una serie de cadenas de equivalencia, entendidas éstas como el momento en que “un contenido más universal se añade a estos contenidos particulares. Y así se va creando una cadena equivalencial” (Laclau, Democracia, pueblo y representación).
Los contenidos particulares corresponderían a la multiplicidad de demandas, y por ende a diversas significaciones que operan en torno a una movilización social, las cuales sólo serán unificadas mediante el establecimiento de un contenido más universal, que podemos denominar meta-marco (metaframes) o significante vacío, como cuando hablamos de los “derechos”.
Sin embargo, “los potenciadores del movimiento no se limitan a adaptar marcos de significado a partir de símbolos culturales tradicionales. Si lo hicieran, no serían más que un reflejo de sus sociedades, y no podrían cambiarlas” (Tarrow, 1997: 215).
Es necesario que se apropien de éstos mientras les son útiles, los aprehendan como tales y deriven su uso hacia los niveles de acción que pretenden llevar a cabo. “Cuando la organización de un movimiento escoge símbolos con los que enmarcar su mensaje, establece un curso estratégico entre su entorno cultural, sus oponentes políticos y los militantes y ciudadanos de a pie cuyo apoyo necesita” (Tarrow, 1997: 216).
Podríamos establecer cierta similitud con el planteamiento de Mc Adam y su denominada liberación cognitiva, la cual plantea que sólo mediante la toma de conciencia de las problemáticas sociales y el cambio total de las percepciones de la realidad, el movimiento social es posible en sí.
Para Mc Adam, la liberación cognitiva es lo que gatilla el movimiento social, articulándolo y dándole un significado. Es decir, al igual que Tarrow, sólo a partir de las significaciones que la realidad recibe por parte de los grupos e individuos, es posible el desarrollo de un movimiento social.
Así, por ejemplo, la defensa de los derechos humanos en Chile, por parte de la Iglesia Católica, adquiere mayor fuerza esencialmente desde el momento en que algunos de sus miembros se ven afectados por los abusos y su posición como culto mayoritario se ve cuestionada debido a su inercia en los primeros momentos del debacle institucional.
Desde el punto de vista de las significaciones, se vio obligada a definirse de alguna forma, y es en esa búsqueda de definición que los primeros meses del régimen militar adopta un rol importante en la protección de los perseguidos políticos. Es decir, la toma de conciencia de las magnitudes de la situación y de la posición en que se estaba situando la comunidad eclesiástica en torno a eso, generaron una mayor movilización de ese sector o grupo.
Veamos cómo opera el establecimiento de los meta-marcos en la definición de la acción colectiva a nivel latinoamericano.
Un marco, metaframe o significante, tiene la cualidad de transmutar, y a hacerse “heredable” o transferible de un movimiento a otro a través del tiempo. “El marco de la acción colectiva empleado en la campaña de un movimiento es a menudo importado a los mensajes de otros movimientos” (Tarrow, 1997: 228).
Así, vemos que los significantes usados durante la revolución del año 68` tienden a utilizarse nuevamente durante las fases de protestas previas a la segunda invasión a Irak, y entonces las movilizaciones se definen como anti-imperialistas, pro-paz, pro-libertad.
Lo mismo ocurrió durante las fases previas a la instauración del régimen de Mussolini en Italia, donde comunistas y fascistas trataban de definir sus acciones en base al concepto de nación y entonces ambos, a pesar de las diferencias sustanciales, consideraban y definían sus movimientos como esencialmente nacionalistas.
Debemos entender que la transferencia o la apropiación de un símbolo –significante- puede ocurrir de dos formas paralelamente, como en el caso italiano: donde existe una disputa en torno a un significante y la hegemonía sobre éste; o a través del tiempo, mediante una apropiación que es legitimada como una herencia por parte de grupos afines, como es el caso de algunos sectores políticos de la izquierda institucional que buscan reapropiarse de un eventual legado de Salvador Allende.
“Los líderes se apropian los símbolos heredados - la Revolución Francesa, los derechos de los hombres libres ingleses, el derecho de la mujer a controlar sus funciones reproductores - pero de manera consciente y selectiva” (Tarrow, 1997: 216).
Esta fácil transmutación del significado de un significante en medio del juego político es lo que podemos definir como el vaciamiento del significante. Es decir, el símbolo pierde toda sustancialidad en sí, y se hace volátil, adaptable a para cualquier grupo que lo sepa utilizar. “el concepto de autonomía que aparece por primera vez entre los estudiantes y después en la clase trabajadora, se convirtió en un mensaje modular” (Tarrow, 1997: 228).
Si bien esto podría verse como un foco de problemas, también ha beneficiado el desarrollo de la acción colectiva, pues ha permitido la cohesión de una infinitud de organizaciones alrededor del globo, con diversos intereses, demandas y objetivos.
El problema de la articulación, como ya dijimos, se ve resuelto cuando se logran establecer significantes claros, o como dice Tarrow, símbolos familiares. Así explican algunos autores como se ve resuelto el tema de la articulación de los movimientos, “este problema aparece aliviado entre muchos pacifistas y activistas de la justicia global social contemporáneos, por la difusión de metaframes como la diversidad, la inclusión, y la justicia social” (Lance Bennett, 2005 :205).
Veamos como ésta articulación debe estar respaldada por una amplia red de grupos e individuos que sustenten la valoración del significante y su eventual trascendencia.

6 comentarios:

Rodrigo Sepúlveda dijo...

Hola, hace rato que no pasaba por aquí, como estás? me leí tu artículo, está bien escrito...solo para polemizar un rato, creo que una de las dificultades de hablar de movimientos sociales, por lo menos desde la definición o matriz clásica del sujeto, que supone un pueblo un estado y todas esas cosas, es la falta de matiz político de las propuestas...la izquierda progresista por un lado se pone al día (administratrativamente) con las necesidades reales de la gente y la nueva derecha con la diversidad (del mercado), y los intelectuales dan jugo en sus seminarios sobre estética del poder (uno mismo). Haber como le vamos poniendo nombre a esas cosas que nos afectan a todos más allá de lo cotidiano o individual, nos sacamos las máscaras y mandamos toda la buena onda a hacer reclames de pasta de diente.
bueno eso por ahora, como vez, siempre políticamente correcto,
saludos.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Hola compañero, hace mucho que no venías. En relación a lo que planteas, acabo de leer un artículo de Joseph Stiglitz, en Project Syndicate, y que se parece a tu planteamiento.

Dice: "Tanto la izquierda como la derecha dicen defender el crecimiento económico. ¿Esto quiere decir que los votantes que intentan decidirse entre ambas no tendrían más que pensar que se trata de algo así como elegir equipos de gestión alternativos?"

Rodrigo Sepúlveda dijo...

Oye, que estás productivo últimamente, volví y escribiste otra biblia, jaj, que estás desayunando?
Te aprovecho de invitar a un simposio,

saludos,
http://biopoliticaslatinoamericanas.wordpress.com/

caro dijo...

el articulo es bastante interesante "simbolos, redes de relacion y movimiento colectivo", donde hallo la II parte? que autores sugieres para continuar con el tema? Carolina Monera
caromo778@gmail.com

caro dijo...

hola de nuevo mira revisa esta direccion todo lo que escribiste tal cual lo dice juan pedro catepillan tecay

http://jpcatepillan.blogcindario.com/2005/10/00018-las-oportunidades-politicas-aseguran-la-sustentabilidad-de-los-movimientos-sociales.html

Unknown dijo...

hola la verdad me parece muy interesante tu articulo, interesante y productivo mi pregunta seria como este manejo de simbolismos puede crear violencia en estas relacione sociales,esto me pareceri amuy importante