La inscripción automática y el voto voluntario, fueron rechazados por la oposición, aludiendo que un porcentaje importante de los potenciales electores votaría a favor de la izquierda, lo que demuestra que la “democracia” chilena y la decisión política de las personas, siguen siendo tuteladas y cooptadas por sectores de clara raigambre autoritaria y elitista.
La desafección electoral entre los jóvenes en Chile es bastante alta, debido esencialmente a dos factores: a que la política partidaria no logra convencerlos al no tener proyectos ni programas claros, y a que los mecanismos institucionales para ejercer el derecho a voto son demasiado engorrosos y desincentivan su ejercicio.
La inscripción automática y el voto voluntario buscan disminuir los costos de ejercer el derecho a voto, permitiendo a los sujetos, acceder al derecho, sin tener que hacer el trámite de inscripción, y por otro lado, permitiendo al ciudadano ejercer libremente el derecho, sin obligación de hacerlo cuando no lo estime. Es decir, ambas medidas, permiten mayor libertad de acción para los electores.
El informe aprobado por la comisión política de la UDI, estima que la población electora joven, por ser eventualmente más proclive a sectores de centro-izquierda e izquierda, no deberían ser impulsados a incluirse en los registros electorales a través de la inscripción automática apenas cumplan la mayoría de edad, pues electoralmente es probable que no voten por la derecha.
Es decir, la oposición está excluyendo a un número de potenciales electores, basados en el argumento de que potencialmente éstos no votarían a favor de la derecha.
El derecho a voto de algunos ciudadanos entonces es negado, aunque no explícitamente, mediante un claro mecanismo de tutelaje (la elite decide quiénes votan y quiénes no), que además tiene implícita una lógica de exclusión arbitraria y absolutamente antidemocrática (faltó decir que no deben votar por ser agnósticos o ateos, o por vivir en tales sectores, o no estudiar en tal universidad, etc.), que prohibe un derecho.
La paradoja –aunque ni tanto- es que un partido cuyo discurso, desde el nombre en adelante, plantea renovar la política, acabar con la rotación de rostros, y aboga por la libertad política, aplica sin reparos un mecanismo claramente elitista, donde prohiben un derecho, basándose en criterios de exclusión, donde la libertad de elegir de los ciudadanos, queda supeditada a la evaluación de las elites, según la conveniencia de éstas.
El informe de la UDI, y su oposición a la inscripción automática, demuestran que en ciertos sectores aún existen tendencias a la vieja usanza autoritaria, donde la “democracia” se concibe como tutelada por los supuestos “elegidos”, donde los patricios que saben mejor que nadie, lo que el pueblo quiere y necesita. Lo mismo ocurre en otras dimensiones como la sexualidad por ejemplo.
Lo que en definitiva queda demostrado, es que algunas elites políticas siguen desconfiando de los ciudadanos, aún cuando no dudan en apelar a éstas para que las mantengan en el poder.
La desafección electoral entre los jóvenes en Chile es bastante alta, debido esencialmente a dos factores: a que la política partidaria no logra convencerlos al no tener proyectos ni programas claros, y a que los mecanismos institucionales para ejercer el derecho a voto son demasiado engorrosos y desincentivan su ejercicio.
La inscripción automática y el voto voluntario buscan disminuir los costos de ejercer el derecho a voto, permitiendo a los sujetos, acceder al derecho, sin tener que hacer el trámite de inscripción, y por otro lado, permitiendo al ciudadano ejercer libremente el derecho, sin obligación de hacerlo cuando no lo estime. Es decir, ambas medidas, permiten mayor libertad de acción para los electores.
El informe aprobado por la comisión política de la UDI, estima que la población electora joven, por ser eventualmente más proclive a sectores de centro-izquierda e izquierda, no deberían ser impulsados a incluirse en los registros electorales a través de la inscripción automática apenas cumplan la mayoría de edad, pues electoralmente es probable que no voten por la derecha.
Es decir, la oposición está excluyendo a un número de potenciales electores, basados en el argumento de que potencialmente éstos no votarían a favor de la derecha.
El derecho a voto de algunos ciudadanos entonces es negado, aunque no explícitamente, mediante un claro mecanismo de tutelaje (la elite decide quiénes votan y quiénes no), que además tiene implícita una lógica de exclusión arbitraria y absolutamente antidemocrática (faltó decir que no deben votar por ser agnósticos o ateos, o por vivir en tales sectores, o no estudiar en tal universidad, etc.), que prohibe un derecho.
La paradoja –aunque ni tanto- es que un partido cuyo discurso, desde el nombre en adelante, plantea renovar la política, acabar con la rotación de rostros, y aboga por la libertad política, aplica sin reparos un mecanismo claramente elitista, donde prohiben un derecho, basándose en criterios de exclusión, donde la libertad de elegir de los ciudadanos, queda supeditada a la evaluación de las elites, según la conveniencia de éstas.
El informe de la UDI, y su oposición a la inscripción automática, demuestran que en ciertos sectores aún existen tendencias a la vieja usanza autoritaria, donde la “democracia” se concibe como tutelada por los supuestos “elegidos”, donde los patricios que saben mejor que nadie, lo que el pueblo quiere y necesita. Lo mismo ocurre en otras dimensiones como la sexualidad por ejemplo.
Lo que en definitiva queda demostrado, es que algunas elites políticas siguen desconfiando de los ciudadanos, aún cuando no dudan en apelar a éstas para que las mantengan en el poder.
11 comentarios:
Me parece que son dos cosas distintas la inscripción automática y el voto voluntario.
Javier, aunque sean dos cosas distintas, el argumento en contra es el cuestionable, por elitista y excluyente. Sé más crítico, por algo dices ser liberal.
De hecho, hay gente que opina que la inscripción no debe ser automática, pero sí el voto voluntario.
Otros dicen que la inscripción debe ser automática y el voto obligatorio.
Hay que ver cuál favorece mejor la decisión individual de las personas, pero rechazarla porque es probable que la intención de voto no sea favorable, es absolutamente antidemocrático.
El problema de la inscripción autimática, es que uno no puede desincribirse de los registros electorales. No la diferencia en nada con el actual sistema, en que eres libre para entrar, mas no puedes salirte, si te encuentras desencantado con la política o con el sistema.
Pero fijate que tu argumento es una falacia, porque el voto voluntario te deja en libertad de no participar del sistema. Es decir, ni siquiera tienes que salirte para no participar.
Eso permite tener indicadores de abstinencia reales, y medir las intenciones de voto del electorado, es decir tener una noción real de las preferencias de la gente.
Lo anterior incide en que la política y los políticos se vean obligados a mejorar su gestión.
Mencionas un informe de la UDI pero te agradecería que nombrases la fuente, porque es una acusación grave la que haces.
El principal defecto de tu postura es culpar a la oposición. La Concertación gozó de mayoría en ambas cámaras y tuvo a una presidenta muy popular en la opinión pública, y pudo haber implantado todas las reformas que hubiese querido. ¿Qué hizo la Concertación en todo ese tiempo?
Carlos (Chile Liberal) para su mayor información, el autor es Andrés Tagle, experto electoral de la UDI, el informe se titula: "Alguien está equivocado".
Tu actitud es igual a la de Javier, cero autocrítica, de hecho aplican el mismo revanchismo que critican. Si se dicen liberales, no pueden no criticar este tipo de criterios políticos.
De hecho, la crítica se centra en el criterio para rechazar la inscripción. En todo caso, no es extraño en un partido donde las bases no eligen a la dirigencia.
Lo que leo en en este artículo es distinto a lo que se infiere de tu artículo. Dijiste "fueron rechazados por la oposición", cuando debiste haber especificado "sólo la UDI".
Esto es lo que dijo RN:
El senador RN Alberto Espina arguyó que su colectividad está "en total y absoluto desacuerdo con ese informe".
"La inscripción automática es indispensable. No comparto criterios electoralistas. No se puede en democracia tomar decisiones de esta importancia pensando si (los nuevos inscritos) van a votar por un candidato u otro. Lo correcto, abierto y transparente es que los jóvenes puedan inscribirse en forma automática y que decidan voluntariamente en qué elección participar", argumentó el legislador que sentenció que "lejos de tenerles temor", su partido está porque las nuevas generaciones se integren a las decisiones políticas.
El mismo artículo dice:
desde palacio se contempla que el registro sea inmediato al cumplir los 18 años, pero el sufragio continúe siendo obligatorio, algo que Renovación rechaza.
Me parece que la UDI y la Concertación están tratando de que todo siga igual. De hecho, lo que propone el gobierno es incluso peor que la situación actual.
Lo peor que puede ocurrir es que a la gente se le obligue a votar.
Creo que en vez de reprocharme "autocrítica", debieses comprender que estoy a favor de lo lógico: voto voluntario.
¿A qué autocrítica te refeires? ¿Puedo criticarme yo mismo por defender una idea que ni la UDI ni la Concertación comparten?
La estrategia de ambos, me parece, es lo mismo que ocurrió con el voto en el extranjero. Estaban todos a favor, pero al final no se hizo nada.
Por otro lado, Piñera se distancia de la UDI, lo que me parece muy bien.
Lo que tú hiciste fue meter en el mismo saco a toda la oposición, cuando es sólo una parte de ella.
Hay que ser absolutamente realistas, si bien no soy ni de derecha, ni de centro, ni menos de izquierda, hay una cosa muy clara, es la izquierda la que propicia la inscripción obligatoria y la votación voluntaria, especialmente le interesa este último aspecto. El por qué? por una razón sencila, el militante y simpatizante de izquierda es más disciplinado, concurre a votar sea obligatorio o voluntario el ejercer ese derecho, mientras que el militante o simpatizante de derecha, si el voto es voluntario, simplemente no concurre, prefiere salir de la ciudad, pasear, cualquier cosa menos votar.
Me parece que si la Alianza aprueba alguna vez ese proyecto se estará suicidando políticamente.
LO mismo cuando la izquierda quiere que voten los chilenos radicados en el extranjero. Primero me pregunto que tiene que opinar votando si ya dejaron el país, están radicados en otro, que han hecho su nueva patria. Además, si, supongamos cualquier número, hay 500 mil chilenos radicados en el extranjero que pudieran votar, no les quepa duda que más de 450 mil de esos votos serian para la izquierda.
Yo soy partidario de la inscripción voluntaria y voto voluntario.
Tiene razón Chile Liberal.
Me alegro de volver a encontrarte, Jorge. Te enlazo y nos leemos cuando tenga un momento.
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