martes, 26 de mayo de 2009

Las farmacias suman y siguen

Las farmacias siguen haciendo gala de su compromiso -artificial- con la salud de los pacientes (no son consumidores ni clientes). Si la colusión de precios molesto a los ciudadanos, el uso de sus datos personales más íntimos –sin consentimiento- debería enfurecerlos aún más.
La colusión en los precios de medicamentos fue un claro atentado a los bolsillos de las personas (las más vulnerables, las personas enfermas). Nadie lo discute.
Sin embargo, hace tiempo las farmacias, junto a las Isapres, están haciendo otro más grave ataque, a lo más íntimo de la vida privada de los ciudadanos, al violar la información clínica confidencial de los pacientes.

Esto, no sólo se pasa a llevar un derecho civil básico como lo es la máxima intimidad de una persona, sino también el secreto profesional médico-paciente.

Por lo tanto, cuando usted acude a comprar algún medicamento, el vendedor (porque en algunos casos ni siquiera tienen químicos farmacéuticos, pues les sale muy caro) sabe qué enfermedad usted está padeciendo sin que usted le diga.

Probablemente incluso, en base a esa información, se esté determinando en ese preciso instante el precio de su medicamento (¿Alguna vez le muestran la pantalla donde sale el precio? Nunca, sólo se lo dicen). Obviamente no es el precio real, sino que uno asignan según su patología y su necesidad. ¡Un ejemplo de compromiso con la salud!

Por lo mismo, la abogada Verónica Sánchez, interpuso una querella contra la cadena de farmacias Cruz Verde, por violación de secreto privado ante el Séptimo Tribunal de Garantía de Santiago.

Según la abogada, la empresa disponía en pantalla de datos confidenciales sobre su patología AUGE, los que fueron traspasados a la cadena por parte de su isapre.

Verónica Sánchez ya había presentado un recurso de protección en contra de su isapre, Banmédica, y contra la cadena Cruz Verde, por considerar que vulneraron su derecho a la intimidad e integridad psíquica.

Lo cierto es que hace tiempo existían rumores y luego pruebas fehacientes de este tipo de malas prácticas por parte de las farmacias. Hace un tiempo atrás funcionarias de algunas de éstas, fueron captadas in fraganti –por cámaras de un canal de televisión- sacándole fotocopias a recetas médicas, sin autorización de los pacientes. O sea, esto no debería ser novedad.

Por otro lado, ya comienzos del mes, el diputado PS Fulvio Rossi, aseguró que las isapres Cruz Blanca y Consalud entregaban información a SalcoBrand.

Lo concreto es que las personas deben saber que estas acciones -entre isapres y farmacias-constituyen claros ilícitos. Se pasa a llevar el secreto profesional médico-paciente, pero sobre todo la privacidad de las personas, que es un derecho fundamental de cada individuo, protegido en la Constitución.
Ya es tiempo que se sancionen fuertemente este tipo de abusos. Las farmacias la sacaron literalmente barata con el tema de las colusiones. ¿Pasará lo mismo ahora? ¿Pasará lo mismo que ocurre con el Dicom Histórico?
Más información en CIPER CHILE

4 comentarios:

Juan Emar dijo...

Si algo "bueno" puede desprenderse de la colusión es que hay una mayor "vitrina" para develar todas esas malas prácticas que antes sólo eran "intuidas" o tema amargo de conversación.

Las farmacias es sólo una muestra más de que lo que se transa hoy es la información. Lo hace Facebook, Google, las cadenas de supermercados, etc.

Y claro, es atractivo: al dar tu Rut, te darán descuentos o acumulas puntos. Mientras ellos acumulan información de qué compras, cuándo, dónde...

Hay que partir por no darles el Rut, y si es posible, comprarle a alguna chica. Pero no siempre se puede.

Saludos

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Claramente -si comparáramos que ocurría hace 40 o 50 años atrás- existe un mayor acceso a información, en la medida en que la gente puede saber qué hacen algunas empresas, el gobierno, etc.

Los medios, aunque no de forma totalmente satisfactoria también han contribuido a eso.

A veces pienso en 1984, o el Mundo Feliz, y como la información de todo tipo en parte nos libera, pero también sirve para controlarnos, y de alguna forma incide en lo que hacemos, pensamos, comemos, etc.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Jorge:
Juan Emar mencionó Facebook, Google. Hoy día es más información.

El problema estriba en que nuestra legislación es anacrónica con respecto a los datos digitales. ¿Por qué crees que la criptografía con el comercio electrónico paso al mundo civil, cuando era usada por los militares?

Eso se llama Seguridad Informática. No hay que ser hacker para robar datos. De hecho, las personas que han robado base de datos de empresas son ingenieros informáticos que trabajan para las propias empresas.

Hay que pasar los derechos o recuros de protección a la informática.

Date una vuelta por los sitios de segurida informática o compra un libro. Es un tema apasionante.

saludos

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Javier, claramente la legislación es anacrónica en ese sentido.

El tema es que acá no se trata de personas particulares sino entidades, las cuáles pasan a llevar derechos de forma sistemática.

Claramente el tema de los derechos en cuanto al uso de la informática es algo que se debe comenzar a plantear de forma más clara.

El gran Hermano es eso de alguna forma, es como la Matrix.

Todos nuestros datos, deudas, enfermedades, relaciones, trabajos, llamadas, compras, etc, circulan en el sistema y nosotros lo alimentamos...