El traspaso de ex líderes concertacionistas a la llamada la Coalición por el Cambio, parece el desarrollo de una nueva Concertación para Piñera, pero no para el cambio.
En el fragor de una batalla naval, la pugna por los liderazgos se acentúa tanto que algunos líderes comienzan a perder fuerza, entonces se suicidan tirándose -o los lanzan- al mar con tiburones, otros siguen peleando sus posiciones internas y otros -si es posible- buscan escapar y abordar otros buques cercanos, pero menos llenos, para poder ejercer ahí el liderazgo perdido.
Pero en muchos casos, a estos últimos, la marea y la batalla no los llevan a ningún lado. Quedan a la deriva, sólo mandando a unos cuantos marineros fieles en sus pequeños botes, mientras los barcos grandes -desde donde siguen cayendo algunos marineros y otros también escapan en sus pequeños botes improvisados- continúan controlando el alta mar y la batalla.
La única opción que les queda a los capitanes venidos a menos, es que algún buque grande los rescate y los acoja para seguir en combate. Da lo mismo cuál sea, pues la batalla la siguen controlando los buques más grandes.
La metáfora naval es muy similar a lo que está ocurriendo con la inclusión del fundador de Chile Primero, Fernando Flores, y de su secretario, Jorge Schaulsohn, a la nueva coalición que constituirán RN, la UDI.
Ambos -como capitanes venidos a menos- no lograron fortalecer sus liderazgos dentro de la Concertación -el barco atestado de marineros- y se lanzaron al mar (el campo político), en pequeños botes (Chile Primero) para mantener sus cuotas de poder, al igual que otros en sus pequeños botes (MAS, PRI).
Sin embargo, al igual que los buques grandes en la batalla naval, la Alianza y la Concertación siguen controlando el alta mar y la batalla (el campo político), por lo que los mantenían a la deriva, sin saber dónde ir.
Más allá de metáforas navales, lo claro es que esta inclusión refleja un detalle no menor en la constitución de la nueva Coalición por el Cambio: el claro traspaso de antiguos e históricos líderes de la Concertación a una nueva agrupación partidaria. Una clara ironía si hablamos de pretensiones de cambio y renovación.
Surgen irremediablemente preguntas como:
¿Qué será lo nuevo que harán, que no hayan hecho en la Concertación?
¿Por qué llamar Coalición por el cambio a una agrupación que desde su génesis ya está incluyendo a líderes que hasta hace muy poco aún estaban en la coalición competidora?
¿Podrá cambiar y mejorar la política con actitudes como la de Fernando Flores en CNN?
La situación más bien parece un reacomodo utilitario de los mismos actores políticos de siempre en torno a nuevos posibles nichos de poder, pero no para generar cambios en su base constituyente, menos para incluir a nuevos miembros. La lógica de las elites sigue siendo la misma.
Es decir, los marineros rescatados se suben al barco no para transformarlo sino que para poder seguir mandando a otros y estar en el centro de la batalla nuevamente, y así, en una de esas, ganarse alguna medalla...
Lo cierto es que la nueva Coalición por el Cambio parece una versión 2.0 de la Concertación de Partidos por la Democracia de inicios de los noventa.
Al igual que esa coalición en sus inicios -que incluía a diversos partidos y organizaciones- la naciente concertación de Piñera incluye -además de ChilePrimero, la UDI y RN- al Movimiento Humanista Cristiano, la Fuerza del Norte y a grupos independientes.
Veremos cuánto aguantan éstos marineros más pequeños en este nuevo barco, antes de verse en el dilema de saltar al mar del olvido o lanzarse con un bote en busca de sus propios espacios.
¿Coalición por el Cambio o Concertación para Piñera?
7 comentarios:
Un derechista como HPA ya lo había advertido que se parecera a la Concertación. Igualmente, los elementos más conservadores de la Derecha que no se identifican con la Alianza.
Buena la metáfora de una batalla naval. El problema de la Alianza es que no se atrevido a dar la batalla ideológica.
Flores confirmó lo que yo he dicho tantas veces, es que los upelientos no se arrepienten de nada. Desde luego, la culpa la tienen los otros. Y hay que sentir lástima porque estuvo en Dawson preguntándose en qué Marx, lenin y el Che había fallado para imponer su régimen totalitario. Si ellos eran magnificos. No le importó las humillaciones que tuvieron que soportar los chilenos con las JAP.
saludos
Javier, creo que tu comentario escapa a lo planteado en el artículo.
Lo central es que con tal de ampliar las posibilidades de poder, todos -sin distinción- son transfugas.
La Coalición por el Cambio no tiene nada de eso.
Partamos de la base de que se trata de un ex-dc de casi 60 años y la palabra "cambio" ya suena un poco manoseada. El resto, sirve para decir "a mayor abundamiento..."
Otra cosa curiosa es que mientras los líderes de CH1 se van con Piñera, sus partidarios van detrás de MEOG.
No es menor decir que para muchos Piñera es un ex dc también e incluso un dc.
Por eso, desde un punto de vista de la teoría de elites, la Coalición para el Cambio más bien parece un un cambio de maquillaje de las mismas, pero no una pretensión de cambio institucional, ni de régimen, etc.
El cambio sólo significa, en este caso, hacer un trueque.
Es una guerra de elites, no de paradigmas.
Frase para el bronce:
"No es menor decir que para muchos Piñera es un ex dc también e incluso un dc.
"
saludos
¿Por qué para el bronce Javier?
No es acaso eso lo que tu dices y piensas...
Jorge:
Es cierto. Pero a tí te salió mejor.
Para el bronce quiero decir, ese tipo de frases que quedan para la posteridad.
saludos
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