jueves, 21 de octubre de 2010

INTERVENCIÓN DEL DÓLAR: MERCANTILISMO CHILENSIS

Gary Becker y Joseph Stiglitz coinciden en que el Capitalismo de Amigotes consiste en una estructura de favores, privilegios y nexos entre las autoridades estales y el empresariado (privado o burocrático), mediante el cual las corporaciones empresariales (privadas o mixtas) obtienen poder económico no por su competitividad o innovación, sino que gracias a sus conexiones cercanas al gobierno de turno.

Las propuestas del sector agrícola, a través del Consejo Exportador de Alimentos y la Asociación de Exportadores, solicitando la intervención gubernamental (http://www.duna.cl/web/programa/dolar-diferenciado/) y la contratación de un seguro de cambio en el exterior, ahora que el dólar es bajo, denota claramente la mentalidad mercantilista que se oculta tras el disfraz liberal de algunos empresarios. 

Como ocurre en la lógica del Capitalismo de amigotes, la contratación del seguro sería con cargo al presupuesto de la Nación. O sea, pagada con los impuestos de todos, incluso los de los temporeros. Irónicamente, piden la eliminación del IVA en ciertos ámbitos de su sector.

Los mismos que luego proclaman a los cuatro vientos que el Estado no intervenga en el libre flujo del mercado, cuando por ejemplo se trata de mejorar las condiciones laborales de los temporeros agrícolas.

El argumento que usan ahora para solicitar descaradamente la intrusión estatal es aumentar la competitividad. Lo cierto es que esto contraviene el discurso de no intervención que éstos sectores defienden –cuando les conviene-.

Es decir, niegan la intervención del Estado y hablan de “libre mercado” cuando les conviene, y luego pretenden alterar las reglas del mercado a través del Estado, cuando no les conviene. Eso se llama Capitalismo, no libre mercado.

"Sí, lo digo en alto, son los propietarios de bienes raíces, aquellos que se consideran como los propietarios por excelencia, quienes han socavado el principio de la propiedad, puesto que han apelado a la ley para dar a sus tierras y a sus productos un valor ficticio. Son los capitalistas quienes han sugerido la idea del nivelamiento de las fortunas por la ley.

El proteccionismo es el precursor del comunismo; digo aún más, ha sido su primera manifestación. Porque, ¿qué demandan hoy las clases sufrientes? No demandan otra cosa que lo que han demandado y obtenido los capitalistas y los propietarios de bienes raíces. Ellos demandan la intervención de la ley para equilibrar, ponderar, igualar la riqueza. Lo que se hizo por medio de la aduana, quieren se haga por otras instituciones, pero el principio es siempre el mismo, tomar legislativamente de los unos para darle a los otros, y por cierto, puesto que son ustedes, propietarios y capitalistas, quienes han hecho admitir este funesto principio no exclamen luego si los más desdichados que ustedes les reclaman el beneficio". F. Bastiat.

Probablemente Bastiat nunca habló de Crony Capitalismo o Capitalismo de Estado, pero claramente entendía que, lo que algunos defendían (y defienden) como "libre mercado, gobierno mínimo y derecho de propiedad" no es más que una estructura de privilegios sustentada en el Estado.

17 comentarios:

Mario Abbagliati dijo...

Para ser justos, lo que el sector exportador pide son medidas para paliar la artificial devaluación del dólar en la guerra de tipos de cambio que se ha instaurado. Otra cosa es que la devaluación del peso sea la mejor medida.

Aunque no seré yo el que niegue las relaciones entre el poder económico y el poder político, también hay que reseñar que lo que se está produciendo es fruto de una posición intelectual, correcta o errónea, y no sólo por la acción de los buscadores de rentas.

Por otro lado, qué político está dispuesto a asumir el costo de la correción que necesita el mercado. Se chuteará el problema hacia adelante y que paguen otros, a no ser de que el dislate sea de tal proporción que ellos mismos lo terminen sufriendo en sus propias carnes. Acharlo todo al "capitalismo de amigotes" distorsiona el análisis.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario, aún cuando la devaluación sea artificial ¿Por qué ese sector y no otro tendrían derecho a ayuda?

Porque, para que estamos con cuentos, si el tipo de cambio fuera favorable para ellos y desfavorable para otros con menos poder y nexos, serían los primeros en rechazar la intervención.

"Hace algún tiempo llegué a la conclusión de que la principal falla en la obra y el pensamiento actual de nuestros libertarios y “liberales clásicos” consiste en una absoluta incomprensión de las grandes empresas.

Hay una tendencia a sacralizar a la gran empresa per se [...] además de que no llegan a comprender que mientras que la gran empresa merecería elogios si consiguiera hacerse grande a través del libre mercado puro, en el mundo contemporáneo de neomercantilismo y lo que es esencialmente un estado corporativo neofascista, un gran tamaño es sospechoso a priori, dado que las grandes empresas probablemente han llegado a serlo mediante una sofisticadísima y crucial red de subsidios, privilegios, y concesiones directas e indirectas de protección monopolística".

Rothbard

Mario Abbagliati dijo...

Jorge,

Las tésis favorables a la existencia del Estado se apoyan en una tradición intelectual de varios siglos de antiguedad y no es una invención de las grandes empresas. El aparato estatal pone en marcha un sistema de incentivos que fomentan la transferencia de renta de grupos desorganizados a grupos organizados, siendo el lobby econonómico uno de ellos, pero no el único.

Las grandes empresas son necesarias, hay determinados bienes y servicios que sólo ellas por cuestiones de economía de escala pueden enfrentar. La tendencia a maximizar una posición y rentarse a costa de los demás no es monopolio de las grandes empresas. En Europa, por ejemplo, buena parte de eso lo hacen también los sindicatos y el ciudadano medio, los cuales consideran como derechos irrenunciables y conquistas sociales una salud y educación estatal y una seguridad en el empleo entre otros.

Por otro lado, vale la pena recordar que el mismo Rothbard ya teorizó sobre el tamaño de las empresas, lo que ayuda a desmontar la idea de que las éstas pueden crecer indefinidamente. Juan Ramón Rallo lo resume así en LD:

"Por otro lado, Rothbard complementa el teorema de la imposibilidad del socialismo de Mises al descubrir que el problema no es específico del comunismo, sino de todo sistema de organización económica donde los factores productivos carezcan de precios de mercado. En otras palabras, los empresarios tampoco serán del todo capaces de practicar el cálculo económico en el sistema capitalista si algunos factores productivos carecen de mercado y, por tanto, de precio (por ejemplo, un bien de capital muy específico desarrollado por una empresa para su uso interno).

Las implicaciones de este descubrimiento son múltiples, pero están muy relacionadas con el tamaño óptimo de las empresas: dado que cuanto más grandes sean las compañías, peor podrán redistribuir su capital, no es cierto que en el mercado exista una tendencia hacia el crecimiento ilimitado de las empresas (o el monopolio único, en lenguaje marxista). Los gestores de ese monopolio único privado se enfrentarían a problemas análogos a los de un comité de planificación central en el socialismo."

http://agosto.libertaddigital.com/mister-libertarian-1276238108.html

http://mises.org/rothbard/mes/chap10a.asp

Mario Abbagliati dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario, te desvías del foco central del artículo, explicando tesis a favor de la existencia del Estado, como si eso justificara la estructura de privilegios cuestionada y pretendida por los agrarios.

Defiendes las grandes empresas, pero ni siquiera analizas qué empresas son las que piden el privilegio ni cuál ha sido la forma en que éstas han crecido…

Y en tu argumento –citando- confundes libre mercado con Capitalismo: “no es cierto que en el mercado exista una tendencia hacia el crecimiento ilimitado de las empresas (o el monopolio único, en lenguaje marxista). Los gestores de ese monopolio único privado se enfrentarían a problemas análogos a los de un comité de planificación central en el socialismo."

Rothbard distingue entre el “capitalismo de laissez faire”, definido como un sistema de intercambios voluntarios, y el “capitalismo estatal”, donde el Estado privilegia por la fuerza a las grandes empresas y los grupos de poder, los carteles, etc.

“El poder corporativo depende vitalmente de la intervención gubernamental en el mercado. Esto es suficientemente obvio en el caso de muchas formas de favoritismo gubernamental como los subsidios, los rescates y otras formas de corporativismo estatal; aranceles proteccionistas; concesiones de privilegio de monopolio; y el aprovechamiento de la propiedad privada por la corporación vía expropiaciones (como en Kelo v. New London). Pero estas formas directas de intervención pro-empresarial se complementan con un enjambre de formas indirectas cuyo impacto, podría decirse, es todavía mayor”. K. Carson.

http://www.mutualismo.org/2009/07/mises-vs-borsodi-las-economias-de-escala/

http://www.mutualismo.org/2008/12/corporaciones-vs-mercado-roderick-long/

Mario Abbagliati dijo...

El "capitalismo de amigotes" no es el único grupo de buscadores de rentas, el ciudadano medio o los sindicatos también lo son aunque su modus operandi sea distinto. Mientras el Estado se extralimite más allá de las funciones básicas de una minarquía no habrá “capitalismo de laissez faire”. El paradigma dominante establece un sistema de incentivos perversos que hace muy dificil evitar que grupos organizados presionen al poder político mientras éste último tenga el monopolio en la toma de decisiones. El "capitalismo de amigotes" no se va a poder erradicar mientras mantengamos la estructura actual del Estado.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario: cuando hablo del "capitalismo de amigotes" no hablo de un grupo sino de una estructura institucional formal e informal.

Nunca he dicho que sea un grupo en específico.

De hecho, en otro artículo hablo del Capitalismo de amigotes a la cubana.

Lo cierto es que los sectores organizados, grandes corporaciones empresariales y sindicatos fortalecen ese paradigma dominando y promueven ese monopolio estatal.

En referencia a la acción de gobiernos que proclaman la no intervención, Kevin Carson: "Los tipos de intervención de gobierno y sus gastos han cambiado algo; pero en general, el capitalismo corporativo confía en gran medida en la intervención estatal para su propia supervivencia...en la mayoría de los casos, no ha disminuido el poder institucional del estado o sus gastos. Más bien los ha redirigido".

Ergo, su discurso minarquista y es falso. Por eso, pregúntales a los que proclaman un estado mínimo, si están de acuerdo en disminuir el gasto militar y las subvenciones en esa área...

http://www.mutualismo.org/2008/09/el-mito-del-estado-minimo-neoliberal/

Mario Abbagliati dijo...

Jorge,

En la explicación que ofreces da la impresión que las empresas no compiten, que tienen un mercado cautivo, que no pasan por dificultades, que no quiebran. Lo primero que hay que mencionar es que el cambio tecnológico hace que algunas empresas desaparezcan (Destrucción Creadora de Schumpeter). Por otro lado, el Estado genera una enorme red de regulaciones y códigos tributarios que dificulta enormemente la labor empresarial y la competencia real. Ejemplo de ello lo vimos con la colusión de las farmacias, donde el problema no estaba en que se pusieran de acuerdo para armonizar los precios, sino en la ausencia de competidores que les obligaran a asumir el costo de tal acción. El Estado ofrece todo los incentivos para que surja "el capitalismo de amigotes", es ahí a donde debe dirigirse el dedo acusador.

Otra muestra de ello se encuentra en la actual crisis financiera donde las explicaciones intuitivas florecen por doquier, culpando al "capitalismo salvaje", la codicia y la desregulación, las cuales han terminado con la socialización de las pérdidas, cuando de principio a fin ha sido una crisis generada por el estatismo que al distorsionar las señales ha generado un fallo sistémico.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario, en cuanto al cambio tecnológico, pareces olvidar que mucha transferencia tecnológica ha sido hecha desde el Estado, favoreciendo a ciertas empresas -por nexos- en desmedro de otras.

Basta analizar el nexo militar-industrial.

Por otro lado dices: "el Estado genera una enorme red de regulaciones y códigos tributarios que dificulta enormemente la labor empresarial y la competencia real".

¿Y quiénes son los que acceden a ese nivel estatal para llevar a cabo esas regulaciones?

Y lo de las farmacias te lo ejemplifica ¿Quiénes se oponen a la venta en supermercados?

El Estado ofrece todo los incentivos para que surja "el capitalismo de amigotes"...de acuerdo, pero ¿Quiénes son los alimentan eso?

¿No son acaso esos que claman que el Estado les regule el dólar en reunión privada con un ministro, o el hijo de cualquier vecino?

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Ojo, al hablar de esa transferencia, no digo que el Estado invente algo.

Mario Abbagliati dijo...

Jorge,

Unos grupos piden al Estado que intervenga el tipo de cambio, el ciudadano medio solicita educación, salud y locomoción estatal. El comportamiento es el mismo y el político escuchará a ambos, porque los primeros financian sus campañas políticas y necesita los votos de los segundos. Unos y otros son buscadores de rentas y disfrazan su acción con frases como que un dólar bajo daña la competitividad y por lo tanto destruye empleos y convirtiendo deseos de bienestar en derechos irrenunciables y conquistas sociales.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

"Unos grupos piden al Estado que intervenga el tipo de cambio, el ciudadano medio solicita educación, salud y locomoción estatal".

¿Y eso qué? ¿Alguno tiene mayor legitimidad para reclamar o algo así? ¿No es eso acaso lo que dice Bastiat?

La diferencia radica en los nexos, en la posibilidad de unos, de llamar por teléfono y poder reunirse con un ministro...y la de otros, que llaman y sólo pueden esperar a que un policía reciba su carta, y la entregue, y no que la guarde en una caja...

Mario Abbagliati dijo...

Jorge,

Te centras sólo en una cara de la moneda. Es cierto que el gerente general de una gran empresa sólo tiene que llamar por teléfono para hablar con un ministro o incluso el Presidente de la República, y en ese aspecto parece que tiene una ventaja sobre el ciudadano medio. Sin embargo, también es cierto que es mucho más fácil parar un gran proyecto que afecta a una empresa desde el poder político, acordemonos de Barrancones, que desmontar el Estado de bienestar, sólo hay que ver las manifestaciones en Francia por el aumento en dos años de la edad de jubilación. Aquí las palabras clave son la tiranía de la mayoría y la democracia ilimitada.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario, creo que tú desvías el foco -hablando de Francia- para evitar decir que los sectores que son supuestamente defensores del libre mercado y el estado mínimo en realidad no lo son tanto o no lo son lisa y llanamente.

Olvidas que el caso de Barrancones es otro ejemplo de Capitalismo de Amigotes, donde entre otras cosas:

"La directora regional de CONAMA, Claudia Rivera, trabajó para la consultora “GAC”, empresa ambiental asesora de la termoeléctrica; y que la Seremi de Mineria, Jocelyn Lizana, es dueña de la empresa “Cyclus”, empresa actualmente proveedora de maquinaria a dueños de Termoeléctrica; o que el Gobernador del Elqui, Pablo Argandoña, trabajó para “CGE Transmisión Zona Norte”, empresa que compró generación de energía a Suez Energy; y la ministra de medio ambiente, María Ignacia Benítez, trabajó para la consultora GAC, siendo contratada para llevar ella misma los estudios de impacto ambiental del proyecto." Termoeléctrico .

Mario Abbagliati dijo...

Jorge,

El modelo actual es uno de incentivos perversos, independientemenete de la escala. Es cierto que falta rigor intelectual por parte de grupos empresariales, pero es la misma que la del ciudadano medio. Unos porque alaban al libre mercado pero no tienen problema en refugiarse en el poder político cuando la competencia les pone la pista dura, y otros porque aunque les demuestren que el modelo es inviable chutean el problema para adelante, que ya pagarán sus hijos, todo bien aliñado con demagogia tipo conquistas sociales irrenunciables.

El problema de apuntar el dedo acusador al gremio empresarial pero callar ante beneficios sociales tipo AUGE es que sataniza a los emprendedores y crea el caldo de cultivo para el debilitamiento de los derechos de propiedad.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mario: Lo que planteas da la impresión que no hubieran críticas a otros ámbitos, lo que no es cierto.

http://sujetoysociedad.blogspot.com/2010/09/medicos-privados-y-privados.html

Víctor dijo...

Buena Columna.Ojala la izquierda “ignorante” (no la “dolosa” que lo sabe) pueda comprender que el “cruel”, “burgués” y/o “contrarrevolucionario” libre mercado poco o nada tiene que ver con el variopinto de privilegios,mercados cautivos ,transferencias unilaterales de riqueza ,etc., que disfruta la tradición corporativista, monoplica o rentista. Ojala también que el conjunto de “patronales” nacionales, y economistas “liberales” que le siguen el juego, dejen de dar tanto argumento anti competencia y mercado al “progresismo”,con su vulgar defensa corporativa disfrazada de “respeto a las reglas del juego” y/o “estabilidad”.

En concreto, que se comprenda que no comulga con el sector pesquero industrial (en realidad unas pocas empresas) que, gracias al Estado, goza de un rentable negocio sin que se permita la entrada de nuevos actores (y con un insumo regalado).

Que no favorece a ineficientes empresas del concentrado sector avícola que, por lo mismo, requiere de sobre tasas arancelarias con cargo a nuestros bolsillos.

Que,como ya se ha hecho referencia, nada tiene que ver con el “mercado” cautivo del que goza ,por decreto , el concentrado sector químico –farmacéutico.

Que no es servil a los intereses monopólicos de los “dueños” ,por decreto, del Litio (2 actores que por ley tienen “derechos históricos” sobre un insumo de propiedad estatal).

Todo lo cual atenta contra una distribución igualitaria y equitativa de la riqueza.

En fin , podríamos abundar sobre otros varios paradigmas de resabios mercantilistas.

Saludos.