viernes, 28 de enero de 2011

IGLESIA, AUTORIDAD E IMPOSICIÓN

Max Pavez plantea que: es una falacia decir “él (o ella) tiene su visión, pero no puede imponérsela al resto", y que la Iglesia sí puede hacerlo en temas morales. No obstante, su conclusión es errada.

Según Pavez, decir que una visión no se puede imponer, es una idea impracticable si la empleamos en diversos espacios de nuestra vida porque en todo momento existe “autoridad”, basada en “un saber socialmente reconocido”. Por tanto, negar la imposición nos llevaría a concluir que todo sería injustamente impuesto, lo que finalmente –y aunque no lo dice directamente- debilitaría toda noción de autoridad.

Bajo esa idea, concluye que el argumento –que extrañamente cataloga de progresista aunque es liberal clásico- es malo, pues no entrega razones, y sólo sería una falacia usada en el debate valórico, contra personas de inspiración cristiana.

Ergo, plantea que, “sí puede imponerse criterios, pero para eso se debe tener un "autoritas" o un "saber socialmente reconocido" o reconocido por otros. Y eso se llama "autoridad".

Y agrega, “De esta forma, la Iglesia ofrecerá sus criterios para decir qué es mejor, el matrimonio, el "triomonio" o el "homomonio",  o  sí es lícito defender la vida del que está por nacer, pues los temas morales son su competencia”.

Dos elementos centrales cruzan el argumento de Pavez para concluir que la Iglesia si puede imponer criterios morales al resto. La autoridad (que emanaría de un saber socialmente reconocido); y la imposición (que sería legítima para lo que el denomina autoridad). No obstante, la conexión argumentativa entre ambos elementos, es errada.

En primer lugar hay una clara confusión entre imponer con convencer. Para imponer no necesito dar razones, para convencer sí, y muchas, sobre todo en el debate público.

El médico, el profesor o el entrenador pueden ser consideradas autoridades reconocidas en el ámbito que les compete, pero no tienen la facultad de imponer algo socialmente. No entender esto, lleva a la segunda confusión de Pavez, en cuanto a las facultades que tienen ciertas instituciones o personas socialmente reconocidas, en una sociedad abierta.

No todas las “autoridades” socialmente reconocidas pueden pretender imponer sus criterios. Incluso aquellas con el poder para ello, debe cumplir y respetar ciertos protocolos, y la ciudadanía puede desobedecer si lo considera una imposición arbitraria. De lo contrario, estaríamos en una dictadura donde algunos imponen sus decisiones por fuerza. En este sentido, ninguna autoridad, sea religiosa o política, puede imponer -por fuerza o ley- una moral a sus súbditos. Aquí radica el principio liberal.

Pavez no logra explicar por qué la Iglesia tendría autoridad para imponer sus criterios sobre otros, en el ámbito moral. Sobre todo considerando que muchos ciudadanos no siguen sus doctrinas ni profesan la religión católica.

Lo cierto es que la Iglesia no es una institución con la facultad de imponer a la sociedad sus criterios. Puede imponerlos a quienes reconocen su autoridad, pero bajo ningún punto de vista a toda la sociedad, menos a quienes no la consideran como tal,  ya sea porque no la siguen, tienen otras religiones, y por tanto otras autoridades.

Como todos, en la discusión pública, la Iglesia puede tratar de convencer con argumentos, pero no imponer su moral socialmente. Porque además, la Iglesia no tiene el monopolio en cuanto a los asuntos morales.

La misma regla se aplica para partidos políticos, el gobierno, los jueces, conservadores, progresistas, liberales, socialistas, y un largo etc.



4 comentarios:

Patoace dijo...

Que la Iglesia no puede imponer, sólo puede convencer, es una perogrullada, simplemente porque no cuenta con los mecanismos legales para imponer nada. Tiene razón Max Pavez, en que este es un argumento sin razones, que sólo apela al anti clericalismo del oyente.

Más interesente es preguntarse quién puede imponer, y parece que el único que puede imponer es el congreso, es decir, los políticos... y ese es un pensamiento inquietante.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Pato, cuando dices que la Iglesia podría imponer, si contara con los mecanismos legales para ello...efectivamente sería así.

Pero con la secularización, no cuenta con ellos, por tanto no puede imponer.

Si el tema se trata simplemente de que quien tiene los mecanismos legales puede imponer, cualquier grupo organizado podría pelear para hacerse de tales mecanismos (lo que implica monopolizar la fuerza).

Pero eso sería despotismo y dictadura.

Lo anterior tiene relación con tu pregunta ¿Quién puede imponer?

Pero lo que hay que preguntarse es ¿Qué se puede imponer? ¿O qué pueden imponer quienes tienen esa facultad?

Si el Congreso impone algo que contraviene a un grupo, ese grupo puede desobedecer la ley.

En una democracia, se supone que el Congreso legisla.

Siempre es inquietante quién legisle, sea un político, un militar o un sacerdote. Ni la sotana, ni nada son garantía.

Patoace dijo...

Pero lo que hay que preguntarse es ¿Qué se puede imponer? ¿O qué pueden imponer quienes tienen esa facultad?

Interesante pregunta.

Si la respuesta es "cualquier cosa, en tanto se cumpla con la forma democrática (mayoría y esas cosas)" tenemos que se podrían pasar leyes racistas, por ejemplo, y nadie tendría nada que impugnar.

En cambio, si decimos "No se puede imponer cualquier cosa, hay ciertos límites que ni una asamblea democrática puede pasar", la cosa se pone interesante. A pesar de que esta es la opinión mayoritaria (según yo lo percibo, al menos) la pregunta siguiente es obvia ¿Quién decide cuáles son esos límites? ¿Los que redactaron la constitución? ¿los encargados de interpretar la constitución? ¿El clero de alguna religión? ¿La comunidad internacional?

Incluso si se opta por una de estas opciones y se aceptan sus consecuencias, debemos aceptar que cada vez que ese órgano ejerza su facultad estará actuando "anti democráticamente" y que no nada se podría impugnar a ello.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Yo elijo: "No se puede imponer cualquier cosa, hay ciertos límites que ni una asamblea democrática puede pasar".

En cuanto a tu pregunta ¿Quién decide cuáles son esos límites?

El ideal sería todos basados en el axioma de no agresión y el respeto a la auto posesión.