martes, 15 de diciembre de 2009

LA SUMA DE TODOS LOS MIEDOS

Tanto la Alianza como la Concertación quieren atraer el voto mediante el miedo, ya sea al comunismo o al fascismo.

Antiguamente, los gobernantes inculcaban el miedo a los dioses para preservar su poder y así evitar que los incautos se rebelen contra su despotismo.

La práctica aunque milenaria, sigue siendo utilizada, ya sea a través del temor a un estado enemigo (como lo hace Alan García), a un “eje del mal” (como lo hizo Bush), o una ideología determinada como los hacían las potencias y otros países durante la Guerra Fría (Chile no fue la excepción).

Así, y aunque algunos ingenuos no lo crean, en las democracias modernas y pacíficas, quienes tienen o aspiran al poder, también usan el miedo, para alcanzar o mantener el poder y hacer que la gente les apoye electoralmente.

En cualquiera de los casos, lo que hay es una clara supresión de la política –como acto de diálogo y convencimiento mutuo- y su reemplazo por un ejercicio pavloviano de estímulo y respuesta sobre los ciudadanos (recuerden el perro de Pávlov).

En otras palabras, nos ven como a un animal, que mediante algunos simples estímulos sensoriales determinados (no argumentativos claramente), se le puede inducir una acción determinada. Ese pinchazo es el miedo y el acto el voto.

Nos colocan en una posición de simples animales indefensos, ignorantes, incapaces de responder de forma autónoma, sino que determinados por el simple instinto, el miedo. ¿Tan inútiles e idiotas nos creen quienes tienen el poder político y económico?

Nos dicen que Frei se acercó a los comunistas, que viró a la izquierda, que Piñera traerá el fascismo, que es la dictadura.

¿Acaso no son estas dos coaliciones que hoy se quieren mostrar tan distantes, las que han monopolizado la toma de decisiones políticas en el parlamento en los últimos veinte años? ¿No son acaso éstas las que se han acomodado a la institucionalidad impuesta por la fuerza sobre nosotros?

¿No son acaso estas mismas coaliciones las que han acordado cubrirse las espaldas y su corrupción en varias oportunidades, para no quedar mal ante esa ciudadanía, a la que consideran ignorante y desprecian? ¿A la ciudadanía que consideran como un perro de Pávlov, al que primero se le toca la campana, luego comida, y luego feliz mueve la cola con la sola campanada sin la comida?

Nos atemorizan con el riesgo del autoritarismo, de la dictadura, del totalitarismo, pero en el fondo, a lo único que debemos temer es a la presión y la mantención del duopolio del poder. Ese es el despotismo blando que se nos impone y que ya se impuso, porque el poder lo siguen manteniendo la Alianza y la Concertación.

Entonces vemos, que como hace siglos, aún nos quieren gobernar mediante el miedo.

No hay comentarios: